Después de un par de años sabáticos de publicaciones en nuestro blog, volvimos a irrumpir las retinas monas para mostrar algo que nos pareció digno de postear.
Desde Buenos Aires, Argentina, en un contexto de clases de tango en el barrio de Almagro e infinitas almas circulando todos los martes desde cualquier parte del mundo, conocí a un ser brillante que desperto particularmente la atención un día gris de septiembre en el que Gustavo Cerati (genio del rock argentino), fallecía tras 4 años de agonía.
Inmediatamente entro a Facebook viendo una imagen super dulce que inundo con una emoción tan profunda desbordando mis ojos sin escalas.
La imagen fué la siguiente:
«Pequeño homenaje a un grande….»
… y fué suficiente para seguir la obra de Carolina Marcus muy de cerca, pudiendo rescatar tanta sensibilidad en cada obra, que sentí la necesidad de compartirlo con vosotros.
A veces este mundo tan práctico y automático no nos da tiempo a profundizar, y cuando pasa esto esta genial que lo que nos detenga sea el talento de artistas como Carolina, que irrumpen, detienen, inmovilizan, y nos ponen en marcha nuevamente para seguir a otro ritmo, el propio de nuestro ser 🙂
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